Viaje a una montaña mágica: Spruce Knob

Estuve visitando Spruce Knob, la montaña más alta del estado de West Virginia localizada en la cadena montañosa de los Apalaches. Al caminar entre sus bosques de abetos, abedules, arces y robles, me sumergí en un mundo de fantasía, donde los colores del otoño se mezclaban con el verde de las coníferas y de las flores y algunos arbustos que se negaban a morir ante el cambio de estación.

Un mundo de fantasía

Un estrecho sendero localizado en su cima tiene un nombre tan sugestivo como el paisaje que lo rodea: «La senda susurrante de los abetos». En la cima el viento sopla con fuerza y murmura al pasar a través de las delgadas agujas de los abetos.

La senda divide el extraño paisaje en dos, al lado izquierdo encontré una explanada cubierta por grandes lajas de piedra. Me pregunté por qué estarían allí arriba, mientras el resto de la montaña estaba cubierta por densos bosques. La explicación científica es que estas rocas con 300 millones de años de antigüedad son las entrañas de la montaña que ha ido perdiendo su capa vegetal y han quedado expuestas.

En la tierra de los gigantes

Pero a mí me gustan las historias y al verlas me llevaron a recordar de inmediato a Pyornkrachzark o el “Comerrocas” del libro de la “Historia sin fin”.  El enorme gigante debió detenerse en la cima y mientras hacía una pausa para comerse su almuerzo de piedras y dejó sus migajas como recuerdo.

El mundo de las hadas

Al lado derecho del sendero y como por un acto de magia, me encontré de repente con el lugar donde viven las hadas diminutas.  A la sombra de unos abetos vi unos pequeños hongos arropados entre un musgo esponjoso y brillante.

Tuve que acostarme y colocar la cámara a ras del suelo para poder fotografiarlos. El aroma del musgo y de la tierra húmeda me embargó mientras disfrutaba de este hermoso escondrijo.

Y así termina este relato de gigantes y hadas en la cumbre de esta fantástica montaña, donde la magia se desliza en el aire.