Viajando hacia el corazón de la Amazonía Colombiana

septiembre 19, 2023 Los lugares más hermosos de Colombia, Turismo de Naturaleza

A pesar de que he recorrido muchos lugares de las selvas la Amazonía colombiana, ella nunca dejará de sorprenderme. Este viaje fue completamente inesperado e incluso estaba por fuera del tiempo que había planeado para estar en Colombia, pero en una conversación casual, me llegó la invitación y no me tomó más de un par de minutos en reajustar mi itinerario y cambiar mis pasajes de regreso.

Un grupo de mujeres

En Bogotá tuve el placer de conocer a mi grupo. Siete mujeres de diferentes edades, desde 23, hasta 65, siendo yo la mayor. Todas emocionadas de compartir con Carolina, nuestra líder, quien lleva diez años visitando y ayudando a la educación de las comunidades más pobres y apartadas.

¿Qué teníamos en común nosotras además de conocer a Carolina? Todas íbamos con el deseo profundo de compartir nuestro tiempo e intereses con las comunidades, pero especialmente, queríamos conocer y aprender de ellas.

Llegamos a Leticia la capital del departamento del Amazonas después de un vuelo de más de dos horas desde Bogotá, Al abrir la puerta del avión, recibimos cómo bienvenida una bocanada de aire ardiente y húmedo que nos acompañaría durante todo nuestro viaje. El recorrido en mototaxi entre las calles congestionadas y coloridas me trasladó de inmediato a otro mundo.

Leticia la ciudad con tres fronteras

Leticia comparte una frontera abierta con Tabatinga, Brasil y al cruzar el río, con Perú; por eso mismo, allí se escuchaban las lenguas de las etnias indígenas y diferentes acentos del español y el portugués. Es un lugar, muy pintoresco, abarrotado de gente y de ventas callejeras.

En sus calles y tiendas abiertas se consiguen desde motores y herramientas, hasta imágenes religiosas, ropa, medicinas y todo lo que la imaginación permita.

Caminamos en la plaza entre los puestos de frutas, maíz, ñame, yuca y pescados frescos, y entramos a un restaurante tradicional para almorzar. Mientras comíamos bagre en salsa, plátano y yuca, pudimos empezar a conocernos.

El mejor regalo

Mis compañeras fueron para mí un regalo maravilloso, pues siempre viajo sola. Este viaje me permitió estar en grupo con otras mujeres con quienes compartimos historias y risas y el deseo inmenso de dejar nuestro granito de arena en estas comunidades.

A la vez, nos llevamos el compromiso de seguir conectadas con otras mujeres quienes viven en un mundo mágico y abundante, pero donde el abandono del estado las mantiene sumidas en la impotencia y la desesperanza. 

El encuentro con el río

Después de terminar nuestro almuerzo nos fuimos en busca del río, el cual en la época de verano se repliega y el nivel del agua puede bajar hasta 15 metros. El canal que permite abordar las embarcaciones cerca de Leticia queda inutilizado y las casas flotantes y los muelles de las orillas quedan atascadas hasta que los niveles del río vuelvan a subir.

Las barcas esperan a sus pasajeros en el cauce principal a unos 20 minutos y allí iniciamos el recorrido aguas arriba por el majestuoso río. Las orillas lejanas son sólo una franja verde donde resaltan las ceibas gigantescas.

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