Una joya escondida en Arizona: El valle del arcoíris
Aún existen lugares desconocidos, tan poco visitados, que no aparecen en las guías turísticas, como el valle del arcoíris en Arizona. No es un parque, aunque está dentro del Monumento nacional de Grand Staircase-Escalante, un área protegida con el estatus de monumento nacional del gobierno de los Estados Unidos. Dentro de esta área se encuentran muchísimos lugares que como este, son muy hermosos, pero desconocidos.

Encontrar este pequeño valle no es fácil, incluso en Google es difícil de ubicar. Hay solo tres referencias a este sitio con muy poca información y con muy pocas imágenes que no son lo suficientemente impactantes como para que uno decida ir a buscarlo. La verdad es que llegamos allí por una serie de errores y de mala información, porque inicialmente no íbamos hacia allá.

Mi familia había tomado unos días de vacaciones y me encontraron en Page, Arizona. Queríamos visitar el Gran Cañón y allí nos informaron que la entrada norte estaba abierta y decidimos seguir las instrucciones que nos facilitaron en el centro de visitantes de Lake Powell, esto nos ahorraría varias horas de viaje.

Salimos muy temprano, tomamos la ruta 89 A, cruzamos el desierto y comenzamos a subir las montañas. El paisaje era absolutamente hermoso y poco a poco los pequeños arbustos dieron paso a los arboles a ambos lados del camino. Luego apareció la nieve y todo parecía ir perfectamente.

Pero muy pronto, comencé a sentirme intranquila, había mucho hielo sobre el pavimento y no se veía que la carretera hubiera sido tratada. Finalmente encontramos una barricada anunciando que la carretera estaba cerrada. Curiosamente, lo único que encontramos fue un hotel que a pesar de lo lejano y solitario, sí estaba abierto. Allí nos informaron que la carretera la cierran desde noviembre por la cantidad de nieve que se acumula y solamente la abren nuevamente en la primavera. Desde allí la entrada norte del Gran Cañón solo estaba a unos kilómetros, pero para acceder a la entrada sur, podría tomarnos varias horas.
Dejo la foto del hotel aquí reseñado, porque es un lugar tan hermoso, que algún día me encantaría regresar.

Pero volviendo a nuestro viaje, regresamos por donde veníamos y al llegar nuevamente al desierto, sabíamos que necesitábamos un cambio de planes. Vimos un pequeño desvío hacia una carretera en tierra y lo tomamos, sin saber muy bien qué íbamos a encontrar.


Este camino se llama “House Rock Road” y es de esos que básicamente son para ir en 4×4, afortunadamente estaba seco, aunque en muy mal estado, pero eso le añade emoción a la aventura. El camino va paralelo a una formación rocosa que se llama Vermillion Cliffs, (acantilados rojizos).

Después de un buen trecho, decidimos parar a comer, hicimos un picnic sobre la arena del desierto. Mientras comíamos, entre la arena y el frío, vimos a lo lejos unas montañas de colores. El lugar no tenia entrada, ni parqueadero, ni señalización. Horas más tarde lo pude encontrar en Google, pero no en le momento porque allí no se recibe señal de internet, ni para el GPS. Aquí puedes encontrar la ubicación exacta.

Caminamos un rato, tratando de orientarnos en el laberinto de pequeños cañones, colinas, cercas y huellas sobre el suelo reseco y resquebrajado.

¡De repente, cuando salimos de un pequeño cañón, allí estaban! Fue uno de esos momentos en los que nos quedamos sin palabras, porque una cosa es verlas de lejos, donde los colores son bastante irreales y uno no sabe si son fruto de un espejismo o de la luz.



Al acercarnos, pudimos ver claramente que la tierra sí tiene esos colores. Es como entrar en otra dimensión, donde todo es posible y los colores y las texturas son reales.




Para ver de cerca esta extraordinaria tierra, te invito a seguir el enlace a la galería de imágenes donde podrás observar como los minerales, la lluvia y las inundaciones han ido creando esta maravillosa obra de arte:
Increíble la naturaleza, y tú una afortunada de encontrarle sus maravillas.
Gracias por tu lindo comentario