Las cascadas de hielo de West Virginia

Aunque estamos todavía oficialmente en otoño, en las montañas Apalaches de West Virginia las bajas temperaturas ya empezaron a congelar los ríos y la nieve cubre las cimas más altas. Al tomar nuevamente la carretera pude experimentar una fuerte emoción de libertad al volver a la naturaleza.

Tal vez por haber nacido en el trópico, el hielo y la nieve siempre han ejercido una especial fascinación sobre mí. Desde pequeña me extasiaba viendo los almanaques con fotografías de las montañas cubiertas de nieve y soñaba con poderlas visitar algún día. Aunque nunca imaginé que acabaría viviendo en un lugar donde las estaciones estaban bien marcadas, el invierno nunca ha perdido su encanto para mi y cuando baja la temperatura, me fascina ir a caminar entre los bosques para buscar los ríos y las cascadas.

En el parque estatal de Blackwater Falls, se encuentra la cascada que lleva su nombre, el río de aguas oscuras se desploma entre las rocas formando caídas escalonadas donde descubrí las más hermosas esculturas creadas por la naturaleza: los carámbanos.

Los carámbanos son trozos de hielo largos, rectos y puntiagudos que se forman cuando se congela el agua que gotea o escurre desde arriba. Normalmente los carámbanos son cónicos, pero por efecto del viento o si el agua cae muy lentamente, pueden ser de formas redondeadas.

En los ríos y arroyos que llevan corriente, el vapor de agua y la espuma se congelan al instante creando las más hermosas figuras suspendidas desde las ramas o las rocas cercanas. El hielo puede adquirir las más variadas formas y texturas. Crea láminas transparentes y sutiles, o superficies traslúcidas y opacas, atrapa burbujas de aire formando pequeños universos y se adhiere a cualquier tipo de superficie tomando su forma y su color. Durante mi corta visita, recorrí los senderos de la cascada dos veces, el primer día, el agua fluía con fuerza y el bosque a su alrededor estaba con los árboles desnudos y sin hojas.

Mi segunda visita fue después de haber nevado durante la noche y cuando la temperatura había caído drásticamente. La cascada perdió gran parte de su flujo, el cual quedó congelado entre las rocas. El contraste entre el agua congelada y la que aún caía con fuerza creaban un espectáculo maravilloso.

Muy cerca del parque, en la población de Thomas, hay desvío hacia la cascada de Douglas Falls, de muy difícil acceso y sin ningún tipo de infraestructura. Se llega a través de una estrecha vía que bordea el río; allí la nieve de los días anteriores anegó la tierra convirtiendo el camino en un lodazal. El hielo se acumuló entre la hierba seca en los costados y en las grietas y agujeros de la vetusta vía.

Cuando no pude avanzar más en el auto, tomé un sendero desde donde se pueden ver pequeñas caídas de agua, pero para acceder a la cascada hay que descolgarse unos 40 metros por entre las rocas con la ayuda de una cuerda gruesa, hasta llegar al río.

Una vez en la orilla el espectáculo es alucinante, no solo por la imponente caída de agua, sino también porque el vapor ha formado una capa de hielo que cubre las rocas y los árboles creando un luminoso mundo de cristal.

Los costados del río reciben el agua que escurre por los peñascos y allí también encontré los hermosos carámbanos escondidos entre las rocas oscuras y tapizadas con musgo y helechos.Mi excursión a las montañas terminó pronto, pero me dejó muchos recuerdos y decenas de fotografías de estos hermosos bosques.