El maravilloso altiplano norte de Antioquia, Colombia
Estuve visitando el altiplano norte de Antioquia, en Colombia. Es un lugar al que llegan muy pocos visitantes y es más un paso obligado para quienes se dirigen desde el sur del país hacia la costa Atlántica. Cuando era niña la recorrí muchas veces y la carretera que en aquella época era en piedra, ahora es pavimentada, pero sigue siendo una vía es estrecha, con una sola línea en cada dirección y su tránsito es lento por el pesado tráfico de camiones.

Entre mis recuerdos, el más vívido era la fantástica vegetación que cubría los empinados cañones envueltos neblina, donde cientos de pequeñas caídas de agua se desprendían desde las rocas que bordean la carretera. Una selva tupida, con árboles gigantescos, palmeras altísimas y los maravillosos yarumos blancos que rompían el verde oscuro de esas laderas profundas. Nunca nos detuvimos en esta zona, era peligrosa por la cantidad de derrumbes y tan fría y lluviosa, que la pasábamos de largo.

Finalmente, se me llegó el momento de descubrir sus secretos y de internarme en ese mundo misterioso que alguna vez alcancé a percibir. La amble invitación vino de la Corporación “Salvamontes” que como su nombre lo indica, su misión es proteger esos lugares de alta diversidad, amenazados por la deforestación.

El motivo inicial de mi visita fue el deseo de conocer una pequeña ave, la cual se creyó extinta durante muchísimos años y se redescubrió en esta zona en el 2019. Se le dio el nombre común de “Montañerito Paisa”, gorrión-Montés Paisa, Antioquia brushfinch (Atlapetes blancae). Me emocioné al verla y fue el anticipo de lo que encontraría en ese bosque maravilloso.


Los bosques de niebla se encuentran en las zonas montañosas intertropicales entre los 1.500 y los 3.200 metros sobre el nivel del mar y se caracterizan por altos niveles de humedad, originados por la lluvia, la neblina y los nacimientos de agua. Su vegetación está conformada por árboles bajos cubiertos de musgos y líquenes, donde hay abundancia de bromelias, orquídeas y helechos. Estos bosques andinos poseen una alta biodiversidad y una elevada cantidad de especies endémicas.


Donde terminan, los bosques de niebla comienzan los páramos, ellos son ecosistemas de montaña que se desarrollan en alturas superiores a los 3,000 metros sobre el nivel del mar. A pesar de todos ellos están ubicados en la zona tropical de América, por su altitud, tienen clima frío durante todo el año. En Colombia se encuentran casi la mitad de los páramos que existen en el planeta, Ecuador cuenta con un tercio de ellos y el resto se encuentran en Perú, Venezuela y Costa Rica. El 70% del agua dulce que consumimos en Colombia, proviene de los páramos y seis de cada diez especies de plantas que se encuentran allí, son endémicas.

La población más cercana a las reservas que visité es Yarumal y su nombre se deriva de la gran cantidad de árboles de yarumo que crecían entre sus selvas. Aunque muchos de ellos han desaparecido y aún no se encuentran en peligro de extinción, su número sí se ha reducido.

En las 23.500 hectáreas de bosque protegidos, hay algunas plantas que se encuentran en peligro de desaparecer para siempre. Cuando pensamos en especies en vía de extinción, casi siempre asumimos que son animales, pero la flora también está en peligro. Allí se encuentran los últimos 32 árboles de los Magnolios de Ventanas (Magnolia polyhypsophylla), los últimos 40 de Magnolia guatapensis y las 13 especies de orquídeas que solo se encuentran en estos maravillosos bosques. De las nueve ranas que se han encontrado en la reserva de Salvamonetes, siete son endémicas.

Lo que hace a este lugar tan especial es que, por su topografía, se ha convertido en una isla donde termina la cordillera central de los Andes y sus estribaciones se conectan con valles de los ríos Magdalena y el Cauca y con las costas Caribe y el Pacífico. Es también un lugar obligado para las aves las migratorias que vienen de los Estados Unidos y Canadá durante su temporada invernal.


Durante muchos años no se dimensionó su riqueza y desde la colonia se rompieron sus montañas en busca de minerales; luego se cortaron sus bosques para dedicar la tierra a la ganadería y la agricultura. Las zonas que aún se encuentran con bosques primarios están aisladas por su topografía de difícil acceso.

A veces es más fácil entender la importancia de un lugar si hacemos una sencilla comparación: Yarumal tiene un área de 724 km² y se han registrado 447 especies de aves 11 de ellas endémicas. Canadá tiene 9,984,670km², es decir, que tiene 1380 veces el área del municipio de Yarumal y tiene registradas 450 especies de aves y ninguna de ellas es endémica.

Hemos abusado de esa biodiversidad porque desconocemos su valor, Colombia tiene una posición privilegiada y única en el planeta, los Andes con sus glaciares, volcanes, páramos y bosques de niebla. Las costas en ambos océanos, las llanuras extensas en la zona oriental que terminan en la cuenca del Orinoco, los misteriosos y desconocidos tepuyes y la profunda Selva Amazónica. ¡Esta asombrosa diversidad puede desaparecer sino la protegemos!
Me gustó mucho la historia detrás de un ave, nuestro país es maravilloso y a veces se nos olvida eso