Atravesando Galicia hacia el Norte en el Camino Portugués (Día Sexto)

julio 3, 2023 Camino de Santiago, Diario de viaje

El Camino

El camino de Santiago no es una ruta única cómo la mayoría de las personas lo imaginan, yo me incluía en este grupo. Al empezar a planear mi viaje descubrí que en España hay 49 caminos, con casi 16.000 km, algunos más cortos, dependiendo de donde comiences a caminar y otros más largos cómo el camino francés, que tiene 800 kilómetros. En Portugal existen nueve caminos, con más de 2.900 km, es una red que interconecta algunos caminos antiguos, con autopistas, carreteras secundarias e incluso calles dentro de las ciudades.

Algunos tramos tienen más de dos mil años y fueron construidos por los romanos, con altos muros de piedras y pavimentados con adoquines de piedra cortada. Todas estas vías interconectadas tienen en común su destino final, la ciudad de Santiago de Compostela.

Desde que salimos de la ciudad de Oporto en Portugal, tomamos el camino portugués central, pero hoy giramos al oeste para continuar por la ruta costera.

La ruta costera

Muy temprano en la mañana entramos a la ciudad de Vigo. Es una ciudad pesquera e industrial con grandes avenidas, jardines, monumentos y esculturas.

Vigo es una vibrante ciudad costera ubicada en la región de Galicia en España. Situada en la costa occidental, con vistas al Océano Atlántico, Vigo es conocida por su impresionante belleza natural, su bullicioso puerto y su rico patrimonio marítimo.

Con una población de más de 295.000 habitantes, Vigo es la ciudad más grande de Galicia y sirve como un importante centro industrial y económico. Su puerto es uno de los más activos de Europa y maneja una cantidad significativa de comercio internacional y actividad pesquera.

Las colinas

Atravesamos gran parte de la ciudad entre sus calles y autopistas. Ese tramo no fue de mi agrado, como en cualquier ciudad había mucho tráfico pesado, ruido y humo. Empecé a disfrutar del camino, una vez dejamos la zona industrial y pudimos ver el mar, los barcos pesqueros y los puentes que cruzan el río Verdugo.

Al llegar la población de Rondadela Almorzamos unas tapas deliciosas con sangría de la casa. Desde allí caminamos subiendo y bajando colinas, con cuestas muy empinadas y difíciles, especialmente por cargar nuestras pesadas mochilas. Yo lo hice con paciencia, caminando a mi ritmo y disfrutando del paisaje, porque también llevo encima mis 65 años.

Bueno, los chicos también iban cansados y sé tomaron sus pausas. llegamos a Arcade al final de la tarde, cuando ya caía el sol. Allí cruzamos otro fantástico puente medieval reflejado en la luz dorada del atardecer y nos fuimos a descansar.

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